Cuando el discípulo comienza a
observarse de manera seria, inevitablemente debe llevar el Libro Negro, en
donde quedarán registrados los peores aspectos de su mundo interno, los más
inhóspitos paisajes de su pensamiento, los peores impulsos de su instinto
animal y básico, todo lo que produzca vergüenza, repulsión, asco, tensión
nerviosa, ganas de suicidarse, vómitos, enfermedades, es decir, lo peor de la
raza humana, el infierno psíquico, todo lo que uno quisiera hacer desaparecer,
lo que uno nunca es capaz de admitir abiertamente.
El discípulo nunca podrá decir
que se conoce realmente si no sabe leer en el Libro Negro.
El Libro Negro es el verdadero basural
del alma, un depósito de muerte, hediondo, asqueroso, inhabitable, que nunca
desaparecerá completamente, porque no es posible limpiarlo del todo.
Con respecto a este asunto, es
necesario precisar que el avance del discípulo se produce siempre hacia arriba y hacia abajo, simultáneamente. Mientras más abajo llegue en el estudio
de sus defectos, más arriba podrá llegar en el de sus virtudes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario