El iniciado sabe que el tiempo
del hombre es uno solo, pero que la conciencia del tiempo es variable. Una hora
no puede vivirse de la misma manera que una semana.
El practicante maneja el tiempo
en la medida en que sabe controlar la duración de los procesos.
El tiempo del hombre es uno solo,
pero el iniciado, con su conocimiento, puede colocarse bajo la influencia de
otro tiempo, el tiempo del planeta, por ejemplo, o el tiempo del sistema solar,
y, mediante este secreto, prolongar su vida más allá de los límites impuestos
para el ser humano.
Un hombre sabe lo que ha vivido,
pensado y sentido durante el día, y quizás hasta pueda hacer el recuento mental
de una semana completa, pero más atrás en el pasado no es capaz de llegar. Sin
embargo, el iniciado puede navegar con soltura en el pasado más profundo y
tomar conciencia del tiempo hasta años y siglos atrás. En consecuencia, mientras
más atrás pueda llegar en el pasado, más adelante podrá llegar en el futuro.
Si el practicante logra
comprender que todo lo vivido no es más que un solo instante del presente,
puede integrar todo a su esencia y entrar en la conciencia de la eternidad.
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