domingo, 13 de julio de 2014

SENCILLAS INSTRUCCIONES PARA EL ASPIRANTE



El practicante debe mantener siempre una actitud relajada  y tranquila, sin tensión en el cuerpo ni en el rostro.

El poder interior se manifiesta a través de esta calma controlada que le permite estar siempre alerta y vigilante.

Su mirada debe ser introvertida, enfocada hacia el interior, auto observante, pendiente de que la atención externa no diluya la constante atención interna.

Mantener este estado de manera continua es difícil, se trata de un verdadero arte alquímico en el que la atención es el fuego, y en el que el contenido de los pensamientos, emociones y deseos, constituyen la materia que debe ser quemada o calcinada.

La energía acumulada gracias a este enorme ahorro producido por la relajación de los músculos y nervios, será utilizada por el practicante de alquimia interna para fabricar sus cuerpos superiores y fortalecerlos a medida que va aumentando su nivel de conocimiento y conciencia, comprendiendo poco a poco las leyes que rigen el Universo y el Microcosmos.


El alma del practicante debe transformarse en una roca muy bien cohesionada e indestructible, y al mismo tiempo, fluida como el agua y el viento, adaptable y flexible, pero nunca volátil.

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