miércoles, 30 de septiembre de 2015
viernes, 25 de septiembre de 2015
LA VERDAD Y LA MÚSICA
En la búsqueda de la verdad, la música es para nosotros un proceso al cual nos sometemos, y que actúa en varios niveles a la vez. Actúa en el pensamiento, actúa en el sentimiento, y también actúa en el cuerpo a través de las sensaciones. Estos tres niveles se corresponden con los tres principios de la música: melodía, ritmo y armonía. Pero no hay que caer en el error de asociar la melodía con la mente, o la armonía con el sentimiento, o cualquier arreglo de este tipo, por la sencilla razón de que la música es un todo perfecto, mientras que el hombre aún no lo es.
Se han realizado un sinnúmero de experimentos con música, en distintas partes del mundo, más o menos orientados a “encontrar un negocio rentable”, y por eso vemos surgir entonces estas pseudo ciencias, como la “Musicoterapia” o la “Astrosonía”. Nosotros podemos hacer otro tanto, orientados eso sí, a mejorar la calidad de nuestro pensamiento, ya que ese es el objetivo principal del sistema. Si nuestra mente funcionara según una estructura musical, alcanzaría mayores alturas, accediendo a más niveles de comprensión. Por eso hay que captar cual es y en qué consiste esta estructura musical, y cómo se corresponde con las leyes naturales.
Uno de los principales obstáculos que tiene el oyente de música, es que suele asociar sus propias emociones con lo escuchado en el momento en que estas emociones surgen, creando de esta forma una fuerte “interferencia” que le impide llegar al alma de lo escuchado. Es más, en el común de los casos puede decirse que el oyente está en la “quinta luna de Júpiter”, o sea que está sumergido en su propio océano de pensamientos, y no es capaz de escuchar nada. Pero lo verdaderamente asombroso es constatar que, aún así, cuando el oyente retoza tranquilamente en su inconsciente, el “oyente pasivo”, como se dice, e incluso el oyente dormido, experimentan la recepción de la música de manera subliminal, la que queda grabada no sólo en la mente, sino también en el cuerpo, y en cada célula, y aún creemos que a la larga podría agregarse a la información genética del individuo.
Sin embargo, los cambios que se producen con la utilización consciente de la música, no se pueden llevar a cabo sin el apoyo de una voluntad fortalecida por una ardiente motivación interior. Esta motivación interna es personal e intransferible, y nadie puede esperar algún progreso en su desarrollo si esta motivación está puesta en algún objeto externo, aunque sea intangible.
miércoles, 23 de septiembre de 2015
CREACIÓN DEL SOL ALQUÍMICO
¿Quieres ser alquimista?
Debes saber de antemano que la
meta de todo alquimista es la creación de un Sol. Se equivocan rotundamente
quienes piensan que se trata de algo metafórico, porque un sol real es una
estrella, un cuerpo luminoso y atrayente que nace en un punto del Universo,
convirtiéndose en un Centro de Gravedad.
Todavía existen muchos ingenuos
que se encierran en laboratorios a cocinar metales en ollas y alambiques, pobres
locos autoengañados, sopladores que están muy lejos de la Sagrada Dignidad
que exige la Alquimia
a todos sus Adeptos. Nunca estuvo tan oculto e incomprendido el Arte Alquímico
como en estos días, cuando todos piensan que los grandes misterios están siendo
finalmente revelados.
Nada es más hipnótico que esta
creciente “misteriomanía” que se ha ido arraigando en las mentes en el último
tiempo. Nadie se percata de que los misterios están todos revelados y son, de
hecho, evidentes. No hay nada oculto.
Pero hay que estar despierto.
Estar despierto significa estar
conciente, y la conciencia es un fuego muy difícil de encender. Lo apaga
fácilmente el agua de las pasiones y lo cubre la tierra del cuerpo aún antes de
que nazca. ¿Y qué puede hacer un alquimista sin fuego? Como se ve, la alquimia
es un Arte y una Ciencia. El Arte del Fuego y la Ciencia de la Generación.
Entonces, para crear El Sol
Alquímico debes tener un centro de gravedad que reúna todos los materiales en
una nube oscura que luego pondrás a rotar sobre sí misma. En esta etapa de tu
creación la materia tiene calor, pero aún no luz, y el espíritu flota sobre las
aguas. Dispón en tu espacio los elementos de tu nebulosa según la geometría
sagrada y deja que Aquello se proyecte
por afinidad. Sobre todo, ten presente que el nuevo cuerpo debe respirar a su
propio ritmo hasta que la luz sea manifiesta.
Ahora posees una protoestrella
cuyos átomos de hidrógeno se empiezan a fusionar para formar helio. De ahí nace
la energía que le dará su brillo particular a tu Sol. Si tu Centro de Gravedad
no es lo suficientemente poderoso, tu estrella explotará violentamente,
expulsando al espacio toda la energía acumulada y perdiendo irremediablemente
el trabajo de años.
Una vez fijado tu astro en el
firmamento, la luz imponderable que desprende fijará la vida a su alrededor,
restableciendo la salud de tu alma y devolviéndole su entera libertad al
espíritu encadenado.
sábado, 19 de septiembre de 2015
ANTESALA DEL NACIMIENTO
La infinita belleza que nace de
la humedad al casarse con lo frío, en pleno tránsito de Leo por las calles de
nuestra ciudad, confiere al cuerpo una respiración que entra por el aire y sale
por la palabra. El aprendiz se impone silencio y se regocija de su propia
fortaleza, puestas sus esperanzas en Octubre, antesala del Gran Nacimiento.
De esta Santa Humedad predomina
el sabor dulce y el temperamento flemático, que son precipitados a oscuras
desde las altas capas de la atmósfera. El aprendiz absorbe y bebe de aquellas
celestes cataratas hasta saturarse, preparándose, con arduas meditaciones y
abstinencias, para el gradual aumento en la potencia del fuego.
Atento al germen del mundo que
empieza a brillar como un espejo, el Ángel de la Música toca los cabellos
del hombre recién operado y susurra en su oído la suave melodía del Génesis.
Con esta señal empieza el tiempo, se inicia el ritmo, y se pone a girar en lo
múltiple la inexorable rueda de las encarnaciones y de los avatares.
La rueda vital produce bellos
sonidos. Luego, para dirigir la
Sinfonía correctamente, el músico debe conocerla y saber de
memoria cada nota, cada silencio, con el fin de llevar a buen término la obra
sin pasarse por alto ningún compás, sin alterar el pulso ni desajustar la
armonía.
Gracias a esta música filosófica
bien ejecutada la mente del hombre que ha mutado se polariza, reaccionando, y
aparecen detrás del cielo las Trompetas del Apocalipsis. De este movimiento
polar, de estas reacciones en el núcleo de la materia, nacen energías nuevas y
llenas de significado, desconocidas en este tiempo, y que el aprendiz debe
incorporar a su Vaso, recogiéndolas de un cierto aire, “como si fueran rocío de
la mañana.”
Estos trabajos deben realizarse
antes de Octubre. En lo posible, ingenioso aprendiz, contar con un vehículo
aéreo que permita la observación del proceso desde arriba, y así programar
correctamente el régimen de las precipitaciones. Hay que aprovechar
absolutamente todo el tiempo planetario y no desperdiciar un día, porque esto
puede echar abajo la frágil torre de naipes que estamos construyendo para
salvarnos.
martes, 15 de septiembre de 2015
viernes, 11 de septiembre de 2015
MEDITACIÓN
La meditación permite concentrar
todas las energías en un solo punto. Sin embargo, elegir ese punto es lo que
suele conducir a error a los aprendices.
Muchos se concentran en adquirir
poderes, en mover objetos con la mente, en producir fenómenos visibles, y
cuando logran hacer esas cosas quedan satisfechos, pero siguen tan dormidos
como antes.
De hecho, el orgullo que resulta
de la obtención prematura de esas facultades, los hunde aún más en las
profundidades del sueño.
Podría decirse que en realidad
nunca aprendieron a meditar, que sólo aprendieron a concentrarse. Sin embargo,
no se concentran en aquello que podría haberlos despertado, y se quedaron mucho
más alejados del camino de la iluminación.
Toda persona que logra sumergirse
en su propio silencio interno, aún cuando no adopte la postura del loto, está
meditando.
Este silencio es la verdadera
presencia del espíritu en la mente del hombre, es el agua bendita que baña cada
una de sus células, revivificándolas y dotándolas de una fuerza que antes no
tenían.
Pero el espíritu nunca se
manifiesta cuando en la mente aún hay residuos que enturbian el agua, o cuando
hay ruidos que interfieren la fluidez de la música divina.
Un pintor sólo puede crear su
obra sobre un lienzo en blanco, inmaculado. Si el lienzo está sucio deberá
limpiarlo antes de tirar la primera pincelada.
Habiendo notas disonantes, la
música pierde su belleza y su coherencia. Por analogía, nuestros bajos
pensamientos son disonantes con respecto a la sublime música silenciosa emanada
del espíritu. Por eso, el primer trabajo de aquel que se pone a meditar, es
acallar la mente por completo.
La meditación debería ser el
estado natural del ser humano, un estado en el que nunca se perdiera la noción
del yo.
El aprendiz empieza a ser
conciente de todos los impulsos que nacen de su cuerpo, y es capaz de separar
su yo de esas manifestaciones.
Al meditar, su mente silenciosa
deja de escuchar las voces del deseo, de la vanidad y del orgullo, y comprende
su absoluta insignificancia ante la vastedad del cosmos y de toda la creación.
Se siente como una gota en el
océano, una gota que si se evapora ante el calor del sol, nadie echará de
menos.
Esta conciencia de su
insignificancia puede ir acumulándose en su alma si medita correctamente, y
hará que, con el tiempo, refleje la potente luz del absoluto a través de su
ser.
Cuando esto ocurre, el aprendiz se transforma
finalmente en un iniciado, y puede entonces iniciar voluntariamente su camino
de evolución personal
miércoles, 9 de septiembre de 2015
LOS SACRIFICIOS VOLUNTARIOS
Una manda, como lo entienden en
general los fieles de la religión católica, es en realidad un movimiento de
fuerzas bastante efectivo y poderoso.
Los fieles que llevan a cabo
estas mandas, siempre en nombre de la
Virgen o algún santo de su confianza y devoción, creen que la
virgen o el santo pueden hacer milagros en beneficio de ellos, e ignoran que
son ellos mismos los que, realizando un sacrificio determinado en nombre de esa
virgen o ese santo, finalmente realizan el
milagro en su propio beneficio.
¿Cómo sucede esto?
La respuesta es que estas
personas, mediante los sacrificios impuestos por sus mandas, han creado un
Campo de Fuerza.
El hombre que ha despertado, el
mutante, sabe que los sacrificios voluntarios pueden atraer hacia la persona
fuerzas, energías, vibraciones, presentes en la naturaleza de manera invisible,
fuerzas que a veces son difíciles de controlar en un principio.
Este es uno de los objetivos de, por
ejemplo, la práctica del ayuno de los ascetas, la que también se encuentra presente
en diversas religiones, ya sea como práctica o bien como ritual.
¿Qué es un sacrificio? ¿Un oficio
sagrado? ¿Un voto de obediencia a Dios? Sí, todo eso, y mucho más. Es la puerta
del Gran Templo. Y se trata de algo tan sencillo, en apariencia. Un sacrificio
es cuando alguien hace algo que no le gusta hacer en beneficio propio o en el
de sus semejantes.
¿Acaso el sacrificio es, en el fondo,
la postergación del deseo?
Los deseos son fuerzas muy
presentes en el ser humano, y cuando éste logra postergar el deseo, se produce
una concentración de esta fuerza, la que, bien proyectada, permite alcanzar
grandes metas e importantes logros.
El sacrificio voluntario, cuando
es una práctica constante, produce en el hombre y en la mujer, una paulatina
acumulación de fuerza que le permite, con el tiempo, despertar facultades que
antes se encontraban en estado latente, como por ejemplo la telepatía, el
desdoblamiento, la telekinesis, el poder de invocación, el poder de modelar la
realidad dentro de ciertos límites.
Otro factor importante referente
a los sacrificios voluntarios, es que permiten apurar, de alguna manera, el
karma negativo, lo que acelera considerablemente la evolución personal.
Una persona que tiene un vicio
como el cigarrillo o el alcohol, puede comenzar el trabajo interno dejando ese
vicio con la fuerza de su voluntad (si es que la tiene) y ese será entonces el
primer paso para acumular esa pequeña cantidad de energía adicional que le
permitirá, con el tiempo, alcanzar objetivos cada vez más grandes y
trascendentes.
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