sábado, 31 de mayo de 2014

LEY DEL PÉNDULO





Toda acción tiene su reacción y toda marea tiene su resaca. Así se expresa la ley del péndulo en este plano sublunar. Cuando uno empuja una fuerza evolutiva, siempre hay que esperar un golpe involutivo de vuelta.

El hombre despierto, para no dejarse vencer por esa reacción involutiva que surge cuando uno quiere iniciar un nuevo proyecto o llevar a cabo una empresa importante, necesita polarizarse con la ayuda de un imán y detener la resaca antes de que complete su trayectoria descendente.

La inevitable caída, el exacto retorno del péndulo, tiene el enorme poder de hacernos traicionar la real ambición y la fe, y se requiere de un acero muy sólido para hacer que el rebote pase sin que nos afecte.

Hay que tener siempre presente que mientras más grande y más ambicioso sea el objetivo a conseguir, más poderosa será la reacción en contra.

El aprendiz debe usar todo su conocimiento para polarizarse cromáticamente y hacer que el péndulo vuelva a su posición original.

Ahora bien, se trata de una maniobra difícil porque el rebote es seco, psicotrónico, bastante concreto en su forma, y se presenta en situaciones donde no podemos prever su intensidad, por ejemplo: se puede presentar como la férrea oposición de alguien que toma conocimiento subliminal de que su fuerza se verá disminuida si alcanzamos cierto límite, otro ejemplo, impedimentos legales de todo tipo, contratiempos absurdos y tremendamente molestos, etc.

El estado neutro es nuestro fin. Si el aprendiz esta encaminado en su desarrollo psicológico, se alegrará de que la tan anunciada reacción sea poderosa y enérgica, porque significa que tiene la fuerza para anular su efecto.


A nadie se le presentan en la vida obstáculos que sean imposibles de superar. La ley natural siempre se encuentra en equilibrio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario