Debes
saber que el año litúrgico es un calendario alquímico que establece con
exactitud las distintas etapas que llevan al practicante a realizar la
transmutación del plomo físico en oro filosófico.
Desde
al Adviento hasta la Pascua
de Resurrección, este mapa celeste te muestra la importancia de la repetición
de los ciclos y te recuerda aplicar a tus procesos internos la ley de
correspondencia. Como es abajo es arriba.
Bajo
este razonamiento, tú también llevas el ciclo del año litúrgico en tu alma
inconciente, y pasas cada año por una resurrección mecánica al nivel más bajo
de tu mente, por lo que debes ir subiendo los grados del fuego a voluntad para
que empieces a moverte hacia arriba, de manera conciente y ayudado por la
ciencia hermética.
Las
vueltas de la rueda, que algunos aseguran deben ser al menos siete para
completar la Obra ,
simbolizan el transcurso completo del año litúrgico, que se mueve paralelo al
año estacional, tan importante para las labores agrícolas.
Tú
debes trabajar de esta forma tu propia agricultura interna, guiado por las
sagradas estaciones del año litúrgico.
Con
cada vuelta de la rueda, tu cosecha será más abundante y tus frutos crecerán
más puros e impregnados con el Espíritu Santo.
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