miércoles, 19 de agosto de 2015

LA FELICIDAD

La felicidad es un atributo primaveral. Para vivir feliz, hay que fijar la primavera en la quintaesencia del alma con el fin de que haga madurar el espíritu. Los frutos de esta primavera subatómica constituyen en sí poderosos elíxires que serán administrados para la eterna salud del alma y el visible fortalecimiento del cuerpo.

Según el calendario civil, se debe recoger el rocío cósmico desde el inicio de la primavera, septiembre en el hemisferio sur, y transmutar estas influencias al interior del Vaso Hermético. Procedimientos previos deben llevar a cabo la completa limpieza del cuerpo, la pureza del alma y la templanza del espíritu. Luego hay que disponer ciertos elementos geométricamente.

La felicidad va creciendo exponencialmente hasta alcanzar la potencia de un fuego. Todo germina y florece muy rápido, como estallidos de energía que suelen escaparse de control. Se trata de una verdadera planta nuclear, pero de energía muy sutil. Entonces, para controlar este excesivo ardor de la tierra, hay que humedecerla con lágrimas. El régimen de las lágrimas debe quedar establecido de antemano.

Muchos creen que la felicidad exime al hombre de sufrir. Eso es falso, porque nadie, ni siquiera Dios, está completamente libre del sufrimiento. El acto de sufrir es un acto creador y regenerativo, una oportunidad concreta de crecimiento espiritual. Pero debe tener un tiempo limitado. Un alquimista sabe que el sufrimiento es un evento temporal, mientras que la Felicidad es Eterna.


Ser feliz no es ser perfecto. ¿Quién es perfecto? La perfección del hombre no es una perfección absoluta, no al menos en este plano, pero a la larga, si alcanzamos una perfección relativa, si despertamos y tenemos fe, estamos destinados a vivir en nuestros cuerpos sutiles y librarnos para siempre de estas toscas envolturas tridimensionales. Jesús dijo: “seréis más que ángeles.” Y esto, verdad o mentira, recién es el comienzo, porque no podemos desprendernos así como así de nuestros cuerpos sutiles si no contamos con un vaso que los contenga.

martes, 11 de agosto de 2015

AFORISMOS II

l Tu legado más importante será el que dejes en el corazón de tus semejantes.

l Únicamente las palabras que más te duela decir serán recordadas.

l Nunca tengo más la razón, que cuando creo no tenerla.

l Cuando te esfuerzas en ser un esclavo de los buenos hábitos, sólo consigues ser un esclavo.

l Sólo aquél que es incansable puede tener paz interior.

l El último en llegar al banquete del rey, tiene menos posibilidades de morir envenenado.

l La medicina más efectiva contra la vejez, es otorgarle belleza a las arrugas.

l Las cosas están tan mal, que ya no nos queda otra que amarnos los unos a los otros.

l Se necesitan muchas vidas para hacer un sólo hombre.

l Si no floreces cada año, tu cuerpo se transformará en una tumba de carne.

l Ojala que llegue pronto el amanecer para que todos despertemos de nuestras pesadillas.

l Cuando todo se acabe y te encuentres al borde del precipicio, aprenderás a volar.

l Porque quiero luz en mi mente, voy a abrir los ojos para salir del túnel.

l Hoy encontré en el espejo el rostro de un ser extraño e inquietante que me miraba con entera desconfianza.

l A través del Arte puede el ser humano develar su naturaleza más profunda.

l Si puedo cantar cuando estoy triste, la tristeza formará parte de mi felicidad.

l La verdadera pasión es como un pétalo de intenso brillo que cae al fuego sin consumirse.

l Si la verdad te causa sufrimiento, recuerda que la mentira hace sufrir a los demás.

domingo, 9 de agosto de 2015

AFORISMOS

l La maestría de vivir consiste en no esperar nada, y estar listo para todo.

l Si buscas la verdad en las palabras, nunca alcanzarás la sabiduría del silencio.

l Para que nunca se estanque la fuerza del sentimiento, riega tus paisajes interiores con alta poesía, y vive siempre enamorado.

l Si aprendes a vivir como si fuera el último día de tu vida, nunca llegarás a viejo.

l La verdadera belleza no se ve con los ojos.

l Sólo quien ha llorado mucho puede reír de verdad.

l La ingeniería del espíritu sólo funciona con números sagrados.

l Si quieres ser grande, vive la realidad en vez de imaginártela.

l Si piensas que todo en el mundo sucede para mejor, nunca harás nada por mejorar el mundo.

l Cuando pidas algo, asegúrate de que sea algo que después puedas regalar.

l Cuando logres que tu propia disciplina sea de hierro, serás tan libre como el aire.

l Si tu corazón es un metal imperfecto, conviértete en alquimista.

l Lo que más consume la gente hoy día, son pensamientos enlatados.

l Si pierdes el control una vez, significa que nunca tuviste el control.

l El mayor esfuerzo para el hombre es lograr la perfecta quietud.

l Sólo podrás ser inmortal cuando tus obras sean inmortales.

l Es un gran avance cuando te das cuenta que tu peor enemigo eres tú mismo.

l La peor contaminación se produce cuando la gente le arroja a los demás su absoluta falta de calidad humana.

l Para conocerte mejor debes dejar de pensar en ti mismo.

l Los mejores regalos nunca se entregan envueltos en papel.

l Mientras más pesadas son las ideas, más desarrollamos el músculo de la inteligencia.

l Soy una mejor persona desde que me di cuenta de que puedo ser aún peor.

l Por culpa de los vicios de la memoria, los errores de ayer son hoy día nuestros primeros errores.

l El verdadero milagro es despertar en la mañana y descubrir que aún estás con vida.

l Prefiero ser un brujo despierto que ser un mago dormido.

l La belleza de nuestras palabras ha tejido un manto que cubre la mediocridad de nuestra conducta.

l El hombre más valiente hoy, es el que tuvo más miedo ayer.

l No importa cuánto te demores en entender: una vez que entendiste, eres un genio.

l La soledad no existe si aprendes a estar contigo mismo.

l Si te sientes orgulloso de tu vanidad, tu peor defecto es el orgullo.

l Antes que soñar en un mundo perfecto, prefiero luchar por un mundo más humano.

l Sólo podrás ser feliz cuando todo el mundo sea feliz.

viernes, 7 de agosto de 2015

LA FUERZA PARA SUBIR

1

Nuestro cuerpo físico es como la raíz de una planta: está profundamente arraigado a la tierra y nunca verá la luz. Pero nosotros no somos sólo nuestra raíz, sino que también somos la flor, es decir, un espíritu.

Sin embargo, para que la flor nazca, es necesario que se alimente de la raíz. En otras palabras, la energía que necesitamos para despertar nuestra conciencia, viene de nuestro cuerpo.

2

La fuerza para bajar viene de arriba. La fuerza para subir viene de abajo. Nosotros no necesitamos bajar, sino subir, porque ya estamos en lo más bajo, y la fuerza que nos puso acá en este abismo terrenal, viene de lo más alto, de lo absoluto, de Dios.

Nosotros, para subir en la escala evolutiva, debemos sacar fuerzas de este mismo lugar donde nos encontramos, es decir, de la materia.

Nuestro cuerpo físico es en nosotros la materia densa, y nuestra mente pura, sin manchas terrenales, es la manifestación de Dios.

3

Si miramos nuestro cuerpo veremos que el cerebro, órgano a través del cual se manifiesta la energía mental, está en lo más alto de nuestra anatomía, en la cima de la cabeza. Es el aire, el cielo, etc.

El órgano más bajo de nuestra máquina corporal es el aparato sexual, los genitales, y representa el fuego, los volcanes, y, en general, la profundidad de la tierra.

Por lo tanto, la energía primordial que necesitamos para subir hacia el mundo mental, viene del sexo, la energía terrestre, la más poderosa (y peligrosa) con la que podemos contar aquí en este bajo mundo. Es el fuego de los alquimistas.

martes, 4 de agosto de 2015

EL RECUENTO

Tu vida entera se verá completamente desperdiciada si no te acuerdas de ella, porque los hechos del pasado constituyen el mapa de tu mundo interno. De ti depende unir los puntos y encontrar las causas ocultas que te llevaron adonde estás ahora.

Empieza pronto a hacer el recuento de tu vida, de otra forma la rueda que pusiste en movimiento, tarde o temprano se detendrá, y la noche volverá a tu conciencia.

Recuerda que la historia del mundo corre paralela con la historia del hombre, y la historia del hombre corre paralela con tu propia historia.


Para saber quien eres debes saber primero quien fuiste, y sólo entonces podrás anticipar el éxito o fracaso de tu Gran Obra, y comprenderás cual es la real magnitud del trabajo que deberás emprender para despertar y ser un hombre o una mujer en todo el amplio sentido de la palabra.