El conocimiento se basa en estos
dos factores, llamados filosofía y religión (o espiritualidad), que bien pueden
ser análogos al mercurio y al azufre alquímicos, generando así la verdadera
sabiduría en el hombre, (Piedra Filosofal) sabiduría que podría definirse como
dorada, o de oro. La filosofía es el conocimiento teórico, la enseñanza técnica
que debe saberse de antemano antes de pasar a la práctica. Pero es esta última
la que otorga la verdadera sabiduría, sinónimo de espiritualidad.
Digamos que la filosofía se
encarga del estudio de conceptos abstractos, como la mente, el espíritu, e
intenta indagar más sobre las causas que sobre los efectos. De la filosofía
nace la ciencia, que se encarga de lo concreto, de la materia, y que ha hecho
colosales avances en ámbitos como la biología, la física, química, etc. Sin
embargo, a partir de las investigaciones sobre el átomo, la ciencia abre
puertas que van más allá de la materia, y traspasa el área que tradicionalmente
estuvo a cargo de la filosofía y de la religión.
Filosofía y religión deben ser
una sola cosa. Lo teórico, puesto en práctica, da paso a la espiritualidad, es
decir, a la Ciencia.
Ser espiritual no es algo
sencillo para el hombre (nunca puede tratarse de una simple impostura) porque
se requiere poseer un detallado conocimiento previo y un elevado estado de
conciencia para llevarlo finalmente a la práctica. De hecho, elevar el nivel de
conciencia para iniciar el trabajo ya implica desarrollar una verdadera
ingeniería interna, por lo que se trata de un esfuerzo netamente científico.
Pero una ciencia sin filosofía y
sin religión es solamente técnica, y se desenvuelve dentro de un estrecho
margen de especialidad. Así, por ejemplo, se han desarrollado técnicas para
dividir el átomo, técnicas para visualizar galaxias lejanas y medir sus
distancias, técnicas para combatir las enfermedades del cuerpo (solamente) y en
ese viaje va creando aparatos cada vez más sofisticados, máquinas poderosas que
llevan la técnica a un nivel parecido al de la perfección. ¿Para qué? ¿Cuál es
el real objetivo de la “ciencia”? ¿Saber por saber? ¿Mejorar la vida de las
personas?
¿Al servicio de quién está la
ciencia hoy en día?
La verdadera Ciencia nace siempre
del espíritu, palabra que ya esta en franco desuso entre los científicos
contemporáneos. Todo debe ir unido, y unido en el interior del hombre, en el
microcosmos: la Filosofía,
la Religión,
la Ciencia,
el Arte… deben ser una sola cosa, tal como explican los textos alquímicos
tradicionales, que hablan de una sola materia, del Uno, etc.